Bueno, por fin! hemos
arribado a la insospechada Bolivia...que habrá en Bolivia? como será?? semanas
preguntándonos esto entre choripanes argentinos, sin llegar a conclusión
alguna. (más allá de lo obvio: será más barato y recuperaremos nuestro
equilibrio financiero de una P*** vez!! )
Salimos de Huamauaca
todavia con algo de resaca del verdadero y legítimo "ültimo Choripan
Argentino" (promovido y convocado por españoles, otra vez, y coordinado
por el fantástico anfitrión Carlos) , de camino a la frontera con Bolivia
(Quiaca-Villazón), y en poco más de 3 horas ya hemos cambiado ligeramente de
mundo...y nos hemos montado en un taxi de camino a Tupiza, donde el chofer nos
deleita con un videoclip de las "Chicas A", que si bien deben tener
su cuota de fans (como mínimo el
chófer,que se las sabía todas), no eran más una muestra muy atemorizante de 3
mujercitas horrorosamente descoordinadas en lo que debia ser su mañana libre
para escribir,cantar, coreografiar y grabar sus 5 videoclips promocionales
delante del centro comercdial más cercano.
Excelente comienzo :-), al menos para echar unas risas. Si quereis reíros vosotros también ahí va:
Una vez en Tupiza- y por cierto, todavia en compañia de las eternamente
adictas al mate-mortadela - ya confabulamos con conseguir una agencia con quien
irnos al SALAR DE UYUNI, atractivo nacional mundialmente conocido. La ruta Tupiza -Uyuni suele presentar
problemas de ruta debido a las lluvias (que recien acaban), y hay muchas
incógnitas que despejar antes de decidirnos...
Poco hay que contar sobre Tupiza, excepto que es un sitio relativamente
moderno,preparada para el turista,y sin nada que envidiar a ningúna ciudad supu
estamente "´primermundista" fuera de Bolivia. Comida excelente,
limpieza en todos sitios, y eso si , precios por debajo de lo habitual: un menu
de 3 platos que no te acabas por 2 eurillos.
Vaya días
en la zona norte de argentina...parece mentira que llevemos dos meses aquí, es
como si lleváramos un imán en los pies que nos atrae al asado, al mate, y el
eterno tema de las Malvinas... PERO AQUÍ EN EL NORTE, ya nada es como antes. Aquí
ya no se toma mate (poquito), se toma coca (en hoja, malpensados!) se come más
llama que ternera, y a nadie le importa un pito la disputada islita.
Bueno,
y vamos al grano no?? Estamos a apenas 3 horas de la frontera con Bolivia, y
eso aquí se hace notar. Los rasgos ya no son tan occidentales, la gente es más
calmada, sosegada, y se parece mas a sus vecinos bolivianos en general. Naaaada
que ver con el carácter porteño (de los de Buenos aires, eso es), lo cual ni es
malo ni bueno...diferente. Es como estar desplazados un par de décadas en el
tiempo en muchos aspectos,(aunque los "cyber" se llenen
constantemente de locales enganchados a los juegos online y al maldito
facebook!!)
Estos
días (bueno, hace ya unos cuantos…) hemos formado una simbiosis con unas chicas
muy especiales que nos re-encontramos en nuestro último asado típico argentino:
Montse y Anina,( Catalana y Venezolana respectivamente) y que, a pesar de sus
problemas con eso de la puntualidad y su terrible adicción al mate y la
mortadela barata en rebanadas de 10mm, están siendo las mejores compañeras de
viaje que pudiéramos encontrar (y no es porque vayan a leer esto que lo
menciono!) Han intentado zafarse de nuestra compañía alegando todo tipo de
excusas, pero qué demonios, somos muy buenos en esto del acoso, y no lo
consiguen!
Desde
Humauaca, este encantador pueblo donde se pierde el sentido horario entre
montañas y cerros de mil colores, nos fuimos los 4 hasta IRUYA, otro pueblo
encantador casi casi en medio de la nada. Ver fotos del camino a Iruya:
Allí no es que hiciéramos gran cosa,
excepto perseguir nuestros últimos caprichos culinarios argentinos, a sabiendas
que esto se acababa pronto... Conseguimos catar el famoso Pastel de Choclo y el
Locro, ambos basados en el omnipresente maíz pero la mar de bueno. Mirar que bonito Iruya!:
Alba se
había quedado con ganas de visitar un pueblo que recién consiguió electricidad
y un campo de futbol...y al que solo se puede llegar a pie o a caballo: SAN
ISIDRO. Que lindo este pueblo che! Aquí, rodeados de montañas y ríos de piedra
y barro, se encuentran 350 personas repartidas en 80 familias "no
más". No os imaginaríais que el tipico "paseo por el pueblo" fue
el más breve que hemos hecho en la vida: 100 metros de calle, en forma de
L. Ademas presenciamos (a medias porque hace falta mucho estomago para ello...) una autentica matanza de una vaca.
La vida
ahí es más sosegada si cabe y, como curiosidad, todos los precios de comedores
y alojamiento estaban "acordados" entre todos y siempre a la vista,
lo que hacia las elecciones más que simples para el turista. Cada familia autogestiona sus residuos
(quemándolos o enterrándolos) y viven casi exclusivamente del turismo, que
incluso bajo nieve da suficiente para ello.
Lo más
interesante de San Isidro, pero, es el propio camino que te lleva a él.
Montañas y montañas de material sedimentado durante siglos, que cambian sus
formas con cada lluvia, mientras inundan el río de piedras que suenan como
...piedras? arrastradas por el agua.
Tras 1
hora de espera para la cena, preparada por el multitrabajador del año Pablo (guía, cocinero,
albañil,mozo,tendero,etc) , acordamos contratarle para ir al siguiente pueblo:
SAN JUAN, al dia siguiente. No tardó Anina (influencia de sus años en cataluña,
parece) en regatearle 40 pesos en un plisplas, y nos engrescamos para
levantarnos pronto... Peeero, el destino eligió otra cosa, y tras las lluvias
torrenciales de la noche y nuestro miedo a quedarnos aislados (bastante típico aquí
también), nos volvimos a IRUYA de nuevo, y de vuelta a Humauaca.
Último
día en Humauaca, solo las chicas, nos fuimos a pasear por el camino real del
inca para poder ver las famosas pinturas rupestres que datan del año 10.000 a.C,
las cuevas en sí no fueron gran cosa, o no tanto como el siempre espectacular
paisaje rojizo del norte.
Fue, esta
última noche en Argentina, donde conocimos a Carlos, el regente de un
fantástico hostel (Hostal la Antigua) ubicado en una casa del 1800 algo, que nos pegamos
el último (esta vez sí) Choripan de Argentina. Reunidos (otra vez) con antiguos
amigos del viaje, entre brasas, cervezas,Fernet y grasas animales, nos quedamos
con la mejor impresión de este vasto y maravilloso país que es Argentina...
Después de nuestros días en el encantador pueblo
de Cafayate, nos mudamos a otro pueblito que Alba ya habia visitado años
antes...Purmamarca. Purmamarca es uno de esos pueblos en los que apenas esperas
encontrar nada más que el famoso Cerro de los Siete Colores, por pequeño y
antes inhóspito, pero que en pocos años ha visto como el número de hostales y
hospedajes aumentaba considerablemente... El turista, que parece
"olerlo" a kilómetros, se apunta al rollo y de repente Purma ya tiene
hasta cajero automático. Aún así, hay que darle al pueblecito su categoría de
"auténtico", al menos por ahora!
En Purmamarca nos hospedamos en 2 sitios muy
diferentes, si bien en el primero conocimos a un par de personajes que, sumados
a Montse e Irina, se convirtieron en cómplices de excursiones, bailes de
chacareras e incluso
"choripaneadas". Paula, actriz porteña con una eterna sonrisa, y
Pablo, regente del hostal sin nombre, fueron nuestros anfitriones, casi sin
saberlo.
En El CERRO 7 COLORES,l lamado así porque...tiene
7 colores?? (quien encuentre solo 7 que nos
los diga…) nos dimos un par de garbeos acompañados de los perros de Pablo (que
no nos dejaron adoptar, que si no...), difrutando y realmente viendo cada uno
de esos tonos cambiantes de las montañas. Aquí van unos ejemplos...
¿Increíble verdad? Parece irreal la belleza de
este colorido paisaje…
A la mañana siguiente nos fuimos dirección las
SALINAS GRANDES, la carretera hasta allí valió realmente la pena.
La excursión sirvió, primero, para empezar a
probar que tal sentaba esto de la altura a nuestro cuerpo…
Así como para empezar hacer unas practicas fotográficas
(pre-salar de Uyuni).
Las SALINAS GRANDES són una enorme superfície de
sal (obvio), donde nos encontramos un palmo de agua debido a las recientes
lluvias, añadiéndole una agradable sensación en los piés mientras las
recorríamos. Es díficil explicar porqué gusta tanto esto de los salares,
verdad? Pero es que cuando nunca has estado en uno...pues no se entiende. Estos
son, claramente, los depósitos de sal que quedaron cuando gran parte del
planeta estaba sumergido en agua de mar...y eso siempre sorprende, o no? Aquí unas fotos...(aunque os alentamos a ver
nuevos y próximos posts del Salar de Uyuni, con verdareros fotomontajes y
videos!)
Por último, el gran protagonista de esta parte de
Argentina, fueron las omnipresentes CHACARERAS.
La chacarera es un baile típico regional de Santiago del Estero (Arg),
que enfrenta al hombre y la mujer con unos pasos muy marcados para cada uno de
ellos (bastante fáciles, por patoso que pueda parecer Román en el vídeo
abajo...
La chacarera en esta estancia estuvo presente en
la casa, en el patio, en los trayectos, y hasta en los bares...basicamente en
todos lados! Una noche, yendo a
bailarlas (por supuesto) con Montse, Anina,Paula, el Pepas,su hijo y alguién
más , nos sorprendió un grupito llamado Duende Cardozo (lo podéis encontrar en
FB con ese nombre), liderado por un tipo que cantaba de PM, tocaba la guitarra,
el charango y ese otro instrumento raro que sostiene entre las manos en alguna
foto con forma de vasija agujereada... Para instrumento raro, también, una
trompeta semi-casera de 3 metros de largo que uno de los músicos soplaba con
mucho esfuerzo, pero que le daba un toque "diferente" a la
música. Esa noche, que no fue corta, nos
entretuvieron también sacándonos a bailar chacareras a todos los vírgenes en
tal arte, y este fue uno de los resultados (hacer click):
Fue una noche divertida, interesante también, y
acabamos adquiriendo nuestro último CD de músicos argentinos a poco de salir
del país.
Esa noche tambien, Alba y yo, fuimos los
preparadores del famoso choripan!! No vamos a contar lo mucho que nos costó
encender el fuego pero sí podemos decir que el chori quedó de lo mas riquísimo!!!!
De Córdoba
nos fuimos dirección Tucumán, donde no quisimos perder tiempo, así
que de ahí directamente a Cafayate. Empezar a adentrarse en el norte argentino
supone, en cierto modo, tener la sensación de que estas cambiando de país, por
sus paisajes, la gente y la cultura del lugar, eso sí, siempre con el
denominador común de la simpatía argentina (acompañada de una excelente carne!!).
La
carretera de Tucumán a Cafayate ya es un viaje en sí mismo, por el módico
tiempo de 6 horas. Estando en la llanura, de repente te encuentras cruzando una
espesa selva por una carretera medio derrumbada por las lluvias. Después,
desaparecen los árboles y aparece un enorme valle verde al más estilo Heidi,
pasando por el pueblito de Tafí del Valle. De ahí el paisaje vuelve a cambiar y
empiezan a aparecer los Cardones, unos cactus enormes que ya nos acompañarían
todo el viaje.
Llegamos a
Cafayate, un pequeño pueblo, que aunque se ha vuelto muy turístico, continua
teniendo ese aire de pueblo de los Valles Calchaquíes (así se llama esta zona
del norte). Además, Cafayate es muy conocido por ser un gran productor de vino y
por su chivito, cosas que no tardaríamos en probar.
Yo
recordaba un hostal muy bonito en el que ya había estado, así que lo buscamos,
y cuando llegamos estaba lleno. Nos informaron,eso sí, de que esa noche iban a hacer
un asado y no dudamos en apuntarnos. Por sorpresa llegamos al asado y en el hostal
se hospedaban Montse y Anina, dos chicas que conocimos en Córdoba, que llevan
viajando 10 meses y aún les queda un buen trecho más(¡!), con ellas pasamos
estos días (y de hecho muchos más). Para los amantes de los viajes os animo a ver el blog de la vuelta al mundo que estan haciendo: www.direccionmundo.blogspot.com
QUEBRADA DE LAS CONCHAS
Al día
siguiente, lié a Roman, Anina y Montse a hacer una excursión por la Quebrada de
las Conchas, alegando que yo había hecho esa ruta y que seguro me iba a acordar
del camino. La ruta empezaba en el kilómetro 24, llamado el Paso, y tienes que
terminar en el kilómetro 28 de la carretera… pues nosotros salimos en el
kilometro 24,3…
Aun así, a
nadie pareció importarle que no encontráramos el camino correcto y hasta
creemos que descubrimos una nueva ruta aún sin explorar.
Caminar
entre estos paredones rojizos fue una experiencia increíble.
No tan
bonito fue que nos quedáramos sin agua, estando a unos 40 grados, y con pocas
sombras por el camino… miradnos aquí, refugiándonos cual rata del desierto, antes de llegar al punto de
ebullición...
Por si no
hubiéramos tenido suficiente, no queríamos perdernos el famoso Anfitreatro y la
Garganta del Diablo, pero necesitábamos recorrer 20 km más así que hacer dedo
fue nuestra única opción. Gracias a nuestras compañeras viajeras, en un
periquete conseguimos que un camión nos llevara, eso sí, Roman y yo tuvimos que
ir en la caja de un camión que transportaba comino… Entre el calor, la falta de
agua y el ambiente de hierbas, llegamos a destino bien colocados.
Nada que
envidiar estos dos lugares con lo que ya habíamos visto nosotros. Como peculiaridad,
en el anfiteatro hay una acústica muy buena, así que pudimos estirarnos a la
sombra mientras escuchábamos a un músico local.
Después de
descansar un rato nos tocaba de nuevo exponernos al sol para conseguir que un
coche nos llevara de vuelta. Tuvimos que esconder a Román, pues tres mujeres
siempre son más efectivas a la hora de hacer dedo. Conseguimos un coche, Román salió de su escondite y nos subimos al
auto. Nuestros chóferes resultaron ser una pareja muy maja que conocían la zona,
así que paramos en un par de sitios para disfrutar del paisaje y además nos
dieron nuestro muy ansiado líquido: agua.
Por fin en
casa, esa noche disfrutamos de una super cena con chivito, vino y música local,
al más puro estilo cafayateño.
Cascadas
Rio Colorado
Al día
siguiente de nuevo aventura, queríamos ir a las Cascadas del Rio Colorado y por
suerte, los chicos con los que hicimos el asado también iban a ir, así que nos
acoplamos. Nos ahorramos así de caminar 6 kilómetros por el sol y además nos
aseguramos de no perdernos esta vez. Así que fuimos con Montse, Anina, Rebeca
(una chica canadiense que lleva 16 meses viajando por el mundo), Pablo y su
hijo Santino, Mariano y la perra Pepa.
El caminito
consistía en caminar rio arriba durante tres horas, por un paisaje espectacular
llenísimo de cardones. Eso sí, nadie se libró de tener que cruzar el rio unas
30 veces… al final por lugares con el agua hasta la cintura. La verdad es que
quien lo pasó más mal fue la perra Pepa, la pobre estaba “acojonadita”, no
tanto Santino, que a sus 9 años resultó ser mucho más valiente que cualquiera
de nosotros. Y es la corriente del río no era una broma…
Por el
camino pasamos dos cascadas pero nuestro destino era la tercera. Obviamente,
estamos tan acostumbrados a las cascadas que estas en si ya no nos sorprenden.
Aun así lo pasamos muy bien en compañía de tanta gente.
Como traca
final, un mirador precioso con vistas al valle, increíble.
Para unas risas mas, ver el vídeo siguiente, made in Montse&Anina:
Nuestro
destino después de Cafayate era Cachi pero a causa de las lluvias la carretera
estaba cortada así que no pudo ser.
Próximo
destino, hacia la Quebrada de Humauaca: PURMAMARCA!!