Nos levantamos a las 5 de la mañana y salimos a destino a las 5:45h, aún con legañas pero con un mate rehabilitador.
Sabemos que muchos pensareis: “¿que tendrá de especial poner los pies en un salar?…”, pero es una de esas cosas que hay que vivir para entender.
Pedimos a Gilberto que nos adentráramos bastante en el Salar, para poder tener llanura e inmensidad 360º, y así lo hizo.
Ver salir el sol nos llenó de energía y aprovechamos para empezar a hacer un poco el tonto.
Como nos habíamos levantado tan pronto, la gente empezaba a estar hambrienta:
Anina estaba que se lo comía todo…
Y Gilberto quería comerse unos huevos… pero…un momento… “¡Gilberto que haces no te comas a los chicos!”
Gracias Norma por salvarnos… menos mal que nos hicistes esa buenísima tarta!!
Sin saber como de repente algunos de nosotros empezábamos a empequeñecer… era una situación extraña pero nada podía impedirnos el seguir aprovechando nuestro día.
Montse, como siempre, quiso tomarse unos mates… y Anina y yo decidimos aprovechar que el agua estaba calentita para entrar en calor…
¿Alguien ha probado nunca hacer malabarismos sobre una botella de agua?
¿Y sobre unos tomates?
¡Pues nosotros sí!
¡Ahhhh! Pero un momento, que hacéis que estamos aquí!!! ¡¡No nos piséis!!
Vaya tropa… hicimos tanto escándalo que hasta vino la policía a llamarnos la atención…
“Qué… ¿¿queréis saber dónde está el truco verdad?? Pues esto se hace así…
Y así…
Por si no hubiéramos ya hecho suficiente el tonto, de repente nos entraron ganas de saltar…
Y saltar…
Y bailar…
Hasta liamos a mucha más gente para continuar saltando…
Pero bueno, hasta aquí, que más se puede decir… Un día increíble, un viaje increíble, en la mejor compañía que podríamos haber soñado.
Pedimos a Norma y Gilberto que se unieran a nosotros y nos llevaran a conocer todo su hermoso país, pero no pudo ser…
¡Gracias a los dos por estos días!
Aquí os dejamos un pequelo vídeo con muchas más fotos de éstos días:
un hurra a los saltimbanquis!
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