sábado, 14 de abril de 2012

SORATA vende hierbas a granel

Después de mucho deliberar, y no teniendo tanto tiempo restante en Bolivia, optamos por ir al no excesivamente conocido pueblo de Sorata. Resulta una gran elección, por múltiples razones, pero quizás la primera de todas sea la vista desde la terraza de nuestro hostal El Mirador:


Ya con esto, podría acabar este post, opino yo.  ¿¿Acaso no justifica esto la visita aunque hubiera sido en patinete?? Pues además, resulta que Sorata tiene otros encantos escondidos.

La primera noche, me fui a pasear solo por el pueblo, y resulta que encuentro a un hippie chileno con el que nos dirigimos a donde suena la música, y allí nos encontramos que están ensayando el baile de semana santa los del pueblo. Al tiempo que van sirviendo unos chupitos de alcohol ( a los cuales no te puedes negar si estás allí presente), todos se van animando un poco más a cada vasito que cae. El baile es simple, primero los hombres, luego ellas. Todos armados con unas “matracas” que hacen ruidos de “carracas”, a las que hacen sonar cada poco rato. Sí sí …por supuesto que el chileno y yo acabamos bailando con ellos, varias veces!! Lamento no tener registro de video o fotos de esto…pero es que a los bolivianos tienen fobia a las cámaras, y tras tanta hospitalidad de chupitos, no era plan.

En compañía de Anina y Montse (las recordarán como las chicas de la mortadela), hacemos varios paseos por la zona: uno hasta la montaña de la antena, y otro a la Gruta de San Pedro. La primera ruta tuvo el encanto de una ruta normal sin saber qué esperar de ella, subiendo y subiendo por la ladera como unos trekkers más….agradable sorpresa, eso sí, al llegar arriba y descubrir una nueva parte del pueblo tan grande como el propio pueblo, ocupado en su mayoría por un colegio de numerosas canchas de basket, futbol, aulas, etc etc…



 
Al día siguiente, un paseo a la gruta de San Pedro, a tan solo 2.30h de Sorata, y con un camino llano y ancho…como los que a mí me gustan! Y con paisajes bien verdes.

San Pedro es el hogar de varios tipos de murciélagos y cuenta con un impresionante lago cristalino en medio de la cueva que si lo entendimos bien llega hasta los 400mts de profundidad:


A parte de la gruta en sí, que no estaba nada mal, y ahí dejamos las fotos para que juzguéis vosotros, mencionar que vivimos (creo que todos) nuestra primera “voladura” de montaña.
Unos obreros- los cuales no hicieron ningún guiño! Ni piropo a las chicas con las que viajaba como hubieran hecho unos españoles o argentinos - estaban haciendo estallar dinamita en algunas partes de la montaña, por los recientes corrimientos de tierras, y nos hicieron  esperar “unos 15 minutos namás, para que alcance la mecha”.  Cuál es el susto cuando, pasados 15 segundos, explota la montaña sin avisar, y vemos una roca del tamaño de un coche salir volando por los aires. “Pero no eran 15 minutos???!!”  Así es Bolivia, imprevisible hasta cuando se trata de la mecha de un cartucho de dinamita…



En Sorata comemos la comida típica de ahí… ¡el fantástico salchipapa! Hecho con autentico aceite negro de tanto utilizarlo. También,  por fin, probamos el Api, una bebida un poco asquerosilla (para que negarlo) hecha de maíz morado molido, azúcar, y algunos tallitos de canela. Se sirve bastante caliente para mantener su sabor, y se acompaña con un buñuelo o pastel.

También, por fin, nos permitimos unos espaguetis en un restaurante (los primeros en todo el viaje) semi-turistico, el único del pueblo, todo para evitar el clásico combo sopa+algo con arroz de todos los días. Amén.

Por cierto, no os hemos hablado de nuestro tambien compañero de viaje en esos dias, el gegen. Insecto parecido a una pequeña mosquita que no te das cuenta cuando te pica pero sí cuando al dia siguiente ya no te puedes dejar de rascar en todo el dia... Deberian acabar con esa especie. Mirar las piernas de Roman:

No hay comentarios:

Publicar un comentario