martes, 17 de abril de 2012

Paseando por la ISLA DEL SOL

Después de pasar unos 5 días en Sorata nos marchamos hacia Copacabana, ciudad que se encuentra a orillas del Lago Titicaca. Salir de Sorata no fue del todo fácil, el bus solo sale si consiguen llenarlo, así que tuvimos que recorrer el pueblo en busca de turistas que quisieran irse ese día. Después de varias horas conseguimos llenar una furgoneta así que salimos.
Llegamos a la poca atractiva ciudad de Copacabana en la que tuvimos que pasar una noche para coger un barco al día siguiente, dirección la Isla del Sol. Conseguimos un hostal muy baratito, por solo 1,5 eu, pero a medio construir, perfecto para pasar una sola noche. Por fin, ese día pudimos comer pescado: trucha, ¡riquísima!
Iglesia de Copacabana
El lago Titicaca es el lago navegable más alto del mundo (se encuentra a 3.800msnm), tiene una longitud de 200 km y unos 100 metros de profundidad. Ciertamente parece un mar.
Después de pasar dos horitas en un bote llegamos a la Isla del Sol.

Esta isla fue muy importante para los incas porque, según estos, aquí nació el Sol (de ahí su nombre). Además hay varios sitios arqueológicos, el más importante es la "Roca Sagrada", que según la historia fue el sitio desde el cual salieron Manco Cápac y Mama Ocllo a fundar la ciudad del Cuzco.
El lugar está poblado por indígenas de origen aymara y quechua, por lo que éstas son las lenguas principales.

Lo bueno de la islita es que tan solo mide 9 kilómetros de longitud, por lo que es muy fácil recorrerla toda a pie.
Nosotros decidimos alojarnos en la parte norte de la Isla, ya que dicen que es una zona mas tranquila y con mejores playas. Ahí nos alojamos en un pequeño hostel justo enfrente de la playa: el Hosal Roca Sagrada, con unas vistas estupendas.

Al día siguiente decidimos darle la vuelta a la isla, pasando por diferentes comunidades:

Viendo paisajes como éstos:

La verdad es que la luz de esta isla es espectacular

Pasamos también a ver las ruinas, que no tenían mucho de especial...

Nuestro objetivo final era conseguir ver la puesta de sol desde la parte más oeste de la isla, aún sabiendo que volver a casa ya de noche no sería tarea fácil. Aún así lo hicimos y realmente valió la pena.

Acabamos llegando a casa con linternas y sin mucho problema.
Al día siguiente de nuevo barquito y hacia Copacabana.


Ahí pasaríamos una noche más para luego volver a cambiar de país y continuar hacia Perú.

En este punto nos despedimos ya de nuestras compañeras inseparables, con ellas al final hemos compartido casi un mes y medio de viaje¡!

¡Mucha suerte en vuestro viaje, seguid disfrutando como lo siempre lo haceis!

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