lunes, 31 de octubre de 2011

Ay, Llanero solitario, que vas por la pradera...

para la lectura de este parrafillo, recomendamos abrir uno de estos 2 enlaces, que no son mas ejemplos de música Llanera, de la que hablamos:

http://www.youtube.com/watch?v=hMj32BdmLHw&feature=related                                   

...Cansados ya de la playa y el calor horrible de la costa, decidimos ir a Mérida a refrescarnos, y a poder ser, hacer alguna rutilla por la montaña. Mérida es una ciudad bastante distinta a todo lo conocido hasta ahora en Venezuela.


montañas de Mérida
A parte de su clima fresco, por estar situada en plenas montañas de los Andes, tiene el aliciente de ser un lugar tranquilo, mas limpio, (¡y seguro!), donde se puede salir por la noche sin problema, hay buenos bares (con la cerveza más barata que en el supermercado!), se escucha musica "normal" (no reggaeton a todo volumen y a todas horas), se come mejor,e incluso se encuentra mas variedad de comida en los mercados (no lo hemos mencionado antes, pero en Venezuela cuesta encontrar lugares donde comprar comida y muy a menudo faltan muchos productos)...qué decir, tiene un entorno que invita a quedarse.

Tuvimos, pero, la mala suerte de tener mal tiempo todos los días y no pudimos hacer un gran trekking por las montañas como esperabámos, pero si pudimos disfrutar de la ciudad y su entorno unos días.

El plato estrella de la semana en Merida fue el gran tour "guiri" de 4 días a una zona del país llamada Los Llanos. Como bien indica su nombre, basicamente se trata de una zona muy llana -en su mayoría sabana- que durante la época de lluvias se inunda y donde se pueden observar gran cantidad de animales practicamente sin tener que buscarlos.

Sin esperar que este fuera un super tour que nos deslumbrara, al final nos sorprendió muy gratamente la experiencia de esta excursión. El grupo estaba compuesto por una mujer francesa, una alemana, una holandesa y nosotros dos. Nuestros guías, Juan, un 'merideño' completamente enamorado de los Llanos, y Ramón, nativo de la zona y propietario del familiar campamento donde nos alojamos esos días.

Los días lo pasamos yendo arriba y abajo con nuestro jeep (por suerte sin reggaeton, pero sí con musica llanera, de la que nos hemos vuelto fans!) para ver animales, siempre levantándonos super pronto para pillarlos con las zarpas en el café, y no abrasarnos de calor. El primer día dimos una buena vuelta con canoa por el río para ver delfines de agua dulce, monos, caimanes, iguanas, nutrias, osos hormigueros, tortugas extrañas, tortugas normales y muchas muchas aves que no habíamos visto jamás. Nos sorprendió muchisimo que existiesen delfines de río, los caimanes brotaban por todas partes, y el único ruido que escuchamos en toda la mañana fue el de los pájaros.
 

El segundo día, salimos de safari (basicamente ir de safari consiste en ir montado en el techo del jeep para ver mejor los animales) con nuestros intrépidos guías en busca de la inmensa y acojonante anaconda, del roedor mas grande del mundo: la capibara, de los osos hormigueros, y de toda la fauna que nos encontrásemos por el camino. Empezamos nuestro camino disfrutando de la altura y buena vista que permite tener el ir un metro mas arriba.... cuando de pronto bajan nuestros dos amigos del jeep con un palo, se descalzan, y empiezan a andar por un barrizal dando pinchacitos en el barrizal... "¿Que hacen estos locos descalzos con estos palos?" - nos preguntamos -, "Aquí seguro hay anacondas pues" - contestan. Se hace otro silencio, y unos minutos mas tarde una voz nos dice: "¡chicos, descálcense y vengan para acá! ". Así, entre excrementos de vaca y barro y controlando muy bien de no pisar ninguna otra serpiente, nos acercamos para ver a la reina anaconda, de unos 3 metros de longitud, que Juan agarraba por la cola sin reparo. ¡Acojona de verdad...las fotos no hacen justicia a los nervios del momento.

Así, pasamos la tarde dando tumbos con el jeep y comiendo mosquitos desde las alturas.

pájaro "camuflado"
Otro día nos levantamos bien pronto y montamos a caballo unas horas por la zona, agradable experiencia si no fuera por el dolor de culo (y otras 'cosas' según Roman) que empiezas a tener solo montarte al caballo. Además ninguno de nosotros consiguió especialmente que su caballo le hiciera el mínimo caso...



Y la última actividad divertida fue la pesca de pirañas (sin caña obviamente, hilo, gancho, cebo de pollo, y punto)...Digo divertida porque, más que existosa, fue eso, divertido. Fantástico pez al que hay que ponerle de cebo un trocito de pollo, que si no no pica... y que es capaz de comérselo en dos segundos, justo el tiempo que tienes paea tirar el hilo y sacarlo del agua.

Todos conseguimos pescar alguno, uno, dos, no estaría mal si no fuera porque a nuestro lado un niño de 7 años se reía de nosotros y los pescaba sin problemas (aunque al pobre aventurero le acabó mordiendo una piraña...). Así que gracias al niño y a nuestro guía conseguimos cenar ese día. La piraña está riquísima, por cierto, pero lo malo es que necesitas como 4 para poder decir que estas lleno de pescado.

Total, que Los Llanos, que conforman casi 2 /3 partes de Venezuela, son, otra vez, una parte increiblemente bella de este pais...y ahora sabemos que nos queda poquito más que hacer aquí visto esto. Nos quedamos con esta foto, dedicada a un amigo que también nos acompaña en el camino.




 


 

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