Bueno, y después de la mayúscula
sorpresa que fue la visita a Cuzco y el Macchu Picchu- primera ciudad del Perú
que visitamos – nos volvimos a sorprender con el legado que aparentemente
dejaron los españolitos de la época en la ciudad de AREQUIPA.
Qué ciudad tan bonita y agradable
para pasearla, “por dió”!! La verdad es
que, otra vez, nos dejó boquiabiertos. Una ciudad moderna, con tiendas ,
restaurantes y demás cosas como en cualquier otra ciudad moderna del mundo…pero
con toque peruano.
Allí nos alojamos en
un hostel regentado por unos irlandeses, el WILD ROVER…que resultó ser uno de
los hostels mejor equipados en los que hemos estado en todo el viaje! Bar
propio, piscina, discoteca propia, habitaciones amplias y comodísimas…la verdad
es que no tenias que salir de ahí si no querías! No es nuestro estilo de lugar, pero esta vez
la comodidad se apreció, para que engañarnos…y todo por 14 soles la noche.
(5eu).
En Arequipa, ciudad conocida por
sus numerosas iglesias, llegamos, precisamente, en Semana Santa. Nos dimos cuenta al poco de estar allí,
cuando hordas y hordas de gente deambulaban por las calles visitando en familia
cada una de las iglesias, mientras se entretenían en el camino comiendo
manzanas de caramelo y demás chucherías dulces y saladas. Por muy moderna que
sea la ciudad, hay escenas de restaurantes callejeros como las que se repiten
en toda Latinoamérica. Eso no se ha perdido, incluso cohabitando con
Starbucks,McDonalds y demás epidemias del mundo occidental.
Por último, destacar que allí
también conocimos a gente bien curiosa, argentinos músicos que deambulaban por
restaurantes para ganarse la vida, y a un sueco que llevaba 6 años también
viajando y viviendo de la música. Una vez más, la ya legendaria camiseta
Zildjian nos ayudó a conocer a estrambóticos personajillos musicales, que
suelen ser de lo mejor que se puede uno encontrar por ahí.
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